7 de mayo de 2012

Pedazos.




See how I'll leave with every piece of you, don't underestimate the things that I will do.

Tears are gonna fall, rolling in the deep. You had my heart inside of your hand, (you're gonna wish you never had met me), and you played it to the beat.



El amor es un parásito. Se cuela dentro de tu organismo sin que te des cuenta, trepa por tu estómago contrayéndolo y revolviéndolo y, finalmente, llega al corazón. Se engancha con centenares de garras puntiagudas y, si se te ocurre intentar sacarlo, únicamente consigues que introduzca en él su cabeza ciega. Como una garrapata. Puedes quitarte el resto del cuerpo de un tirón y tener la falsa ilusión de que te has librado de ello, pero ahí seguirá. Infectándote. Alimentándose.

Se alimenta de tu sentido común, de tu calma y de tu independencia. Succiona y, mientras lo hace, rellena los huecos que deja con veneno. Te infecta de miedo, celos y posesividad hasta que sientes que no hay dentro de ti nada además de eso. 

Solo hay una persona que puede curarte esa enfermedad que no se va ni aunque intentes ahogarla en alcohol o embotarla con droga.

Esa persona no tiene que hacer ningún esfuerzo. Basta una mueca, una mirada, una palabra, y todo habrá desaparecido. 

El parásito explosionará y, con él, el órgano al que estaba adherido.

Es entonces cuando, con las paredes internas del cuerpo pringadas con los restos de tu corazón, todo el miedo, los celos y la posesividad comienzan a fermentar. Se pudren, creando una reacción en cadena que nada ni nadie puede controlar.

Han sido muchas las personas que me han acusado de no tener corazón. Me han señalado con el dedo, con los ojos brillando por la furia y el desprecio, mientras vociferaban que era un monstruo. 

Tenían razón. Al menos en parte.

Pero recuerdo, aunque la idea se desdibuje por el tiempo transcurrido y la moral perdida, que una vez tuve uno. Puede que no palpitara todo lo fuerte que debía, que tuviera menos sangre de la normal para bombear a lo largo del cuerpo, que estuviera demasiado frío. 

Pero existió. Hasta que alguien lo rompió en pedazos.  

4 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo. El amor es asqueroso, y sé que si alguna vez me tiene que estallar (como ha hecho otras veces antes) acabaré de mierda hasta el cuello. En fin.
    Que las mariposas estomacales se vayan a la mierda.

    Angie.

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  2. Maravilloso, increible, perfecto.
    Como la mayoría (por no decir todos y me creas una pelota) de tus trabajos. Estoy deseando leer tu próximo capítulo, como ya sabes. De ti he aprendido mucho, no solo de los personajes y como tratarlos, si no de la manera de escribir y de Hogwarts también.
    Amo tus personajes porque son reales, porque los has dado vida.
    Sigue por ese camino, que aunque ya debes de imaginártelo, llegarás muy lejos.

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  3. Tu relato sobre el amor acongoja. Es bestial la intensidad que trasmites. Aunque la visión sera para mi gusto, muy pesimista (en mi último post yo también he escrito sobre el amor, aunque sin implosiones).

    Saludos

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  4. Oye, aún no leo mortífago entero (sí, y tampoco te he dejado reviews... soy tan mala u.ú prometo hacerlo), pero tu avance me ha puesto los pelos de punta... podría usarlo para un monólogo para un ramo de mi U que se llama expresión?

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